Mundo Justo inaugura “El hogar de todos”

 

A través de una breve ceremonia, la familia Mundo Justo inaugura ‘El hogar de todos’ en el municipio de Galapagar de la sierra de Madrid, el cual ofrecerá un hogar a aquellas personas sin techo y en situación de vulnerabilidad, que necesiten cubrir sus necesidades básicas y psicosociales.

La crisis económica atravesada por el país, y agravada por la pandemia, ha dejado en situación de desamparo a muchas personas y familias que, han perdido su trabajo, su vivienda y no pueden hacer frente a sus necesidades básicas. Por nuestra experiencia, sabemos que, contar con una vivienda y un hogar al que regresar, es vital para combatir la soledad y la exclusión social.

Por ello, nuestra familia Mundo Justo desarrolla el programa ‘El Hogar de todos’, orientado a aliviar las consecuencias provocadas por la pandemia, con el objetivo de ser un recurso ‘puente’ para las personas en situación de vulnerabilidad y en riesgo de pobreza severa. Un hogar que les ofrezca seguridad y favorezca el acortamiento de los plazos de reinserción personal para que puedan recuperarse e integrarse de una manera amable y progresiva al mercado laboral, y a la vida autónoma lo antes posible; y así, evitar la cronificación de su situación.

El concepto de nuestro modelo de gestión va mucho más allá de un piso tutelado o de autogestión; ya que, se trabaja desde una visión integral y convivencial (no asistencial) que, discurre desde que la persona se incorpora a nuestro espacio, hasta que revierte su propia ayuda colaborando en el mismo.

Vivir juntos contando con el apoyo y acompañamiento, tanto de profesionales como de voluntarios y de los propios residentes, combaten la soledad y el desarraigo social; restablece la autoestima y la dignidad humana a través de la comprensión, el cariño y el sentimiento de pertenencia.

TESTIMONIO DE CARMEN

Llegué a ella hace 10 años y me recibieron con los brazos abiertos. Necesitaba ayuda, y ellos me la dieron sin pedir nada a cambio. Un equipo de educadores y psicólogos, me ayudaron en el largo camino de transformarme en la persona que soy ahora. Estaban dispuestos 24 horas al día, sin condiciones, un equipo terapéutico que combinaba profesionalidad y amor, fueron capaces de ayudarme a salir del agujero en el que me encontraba. Gracias a ellos, he podido potenciar mi autonomía, ser una persona libre de ataduras emocionales y trabas personales muy importantes. Nunca estoy sola. Siempre cuento con ellos. En el día a día ha supuesto no sentirme sola. Saber que siempre están ahí. Un gran apoyo tanto a la hora de superar mis dificultades diarias, ya sean, estas de tipo emocional o cotidianas (de tipo burocráticos), como a largo plazo: trazar objetivos vitales de los que carecía cuando llegué a la Asociación.

Hace 10 años, llegué perdida y con grandes dificultades en la vida. Sin recursos económicos. Sin nada. Emocionalmente destruida. Cuando te encuentras en una situación así desconfías de todo. Desconfías de todo el mundo. Los inicios con Mundo Justo no fueron fáciles. Yo era una persona reacia que pensaba que nadie te ayudaba porque sí. Pero cuando les fui conociendo, poco a poco, me di cuenta de que lo que Mundo Justo quería era ayudarme. Sin más. Y me fui abriendo. Como ya he dicho, desde las dificultades diarias hasta los objetivos a largo plazo, hay un largo camino en el que que me han acompañado responsables, educadores y psicólogos.

Mundo Justo se ha convertido en parte de mi familia. Formo parte de una gran familia y me siento respaldada por unas personas, que son, fundamentalmente buenas y que hacen del mundo un lugar mejor y a las que no quiero dejar de agradecer aquí todo lo que han hecho y hacen por mi y por otras muchas personas.

Para todos ellos: Mil gracias

Carmen

 
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